Tras desmontar Santa Polonia he llegado a mi casita de Corbillón. Sabia que se podían acumular muchas cosas en 10 años pero lo que no sabía, ni sabré, es como resumirlas en dos maletas. Si sólo meto en la maleta lo que me quedan bien, pantalones, camisas, abrigos, jerseis, algún sombrero, ropa interior, un pijama y maquillajes varios, ya no tengo sitio para los zapatos. No soy Imelda pero creo que tengo más zapatos de los que me puedo llevar.
Lo mas duro es deshacerse de cosas. Si está viejo, roto, si no lo usaste en el último año, si está pasado de moda, etc, etc... su destino es la basura. Pero... ¿ Y ese teléfono tan mono transparente, que se ilumina cuando suena? Es viejo, no lo usaste nunca en los dos últimos años , las luces perdieron intensidad, no es inalámbrico, mas pasado no puede estar. Es un firme candidato al contenedor.... Pero es tan mono...
Así que ahora además de teléfono inalámbrico tengo este otro en la mesilla de mi dormitorio. Voy de moderna pero soy muy conservadora.
Si desmontar Santa Polonia fue duro, no os imaginais lo que me está costando enviar al exterminio parte de lo trasladado. Soy consciente de que no todo correrá la suerte del teléfono ¡que le vamos a hacer!
Uno
Hace 3 años